Había una vez un hombre muy
sabio que vivía en el país del norte, sabía hablar todas las lenguas bajo el
sol y conocía todos los misterios de la creación. Tenía un enorme libro
empastado en cuero negro, protegido con un cerrojo de hierro y encadenado a una
mesa que estaba pegada al suelo. Cuando leía de aquel libro, lo abría con una
llave de hierro; nadie más que él lo leía jamás, ya que contenía todos los
secretos del mundo de los espíritus En él se explicaba cuántos ángeles había en
el cielo, cómo marchaban en filas y cómo cantaban en coro, cómo se llamaban y
cuáles eran sus trabajos. Y hablaba también de los demonios, de cuántos había,
cómo se llamaban y qué poderes tenían, de cómo podían conjurarse y obligárseles
a hacer cuanto uno deseara.
Ahora bien, el amo tenía un
aprendiz que era un muchacho bastante insensato. Trabajaba como sirviente; no
se le permitía ver lo que contenía el libro negro y casi nunca entraba en las
habitaciones privadas del amo.
Un día en que el amo salió,
el muchacho lleno de curiosidad, se apresuró a entrar en la cámara mágica. Miró
con asombro el magnífico aparato en el que su amo convertía el cobre en oro y
el plomo en plata, así como el espejo en el que su amo podía ver lo que pasaba
en todo el mundo y la caracola que le
susurraba a su amo lo que la gente decía en ese mismo instante.
Sin embargo, el muchacho se
dio cuenta de que no podía usar ninguna de esas cosas.
-
No sé qué palabras mágicas usar – suspiró- .
Están encerradas en el gran libro negro.
Miró hacia él ¡Y notó que el
volumen estaba abierto!
El amo había olvidado
cerrarlo antes de marcharse. El muchacho corrió hasta el libro y lo examinó.
Estaba escrito con tinta roja y negra y, en su mayor parte, el joven no lo
entendía, pero puso el dedo en una línea y fue leyéndola poco a poco.
De inmediato, la habitación
se oscureció y la casa se estremeció; un trueno retumbó por el pasaje y por la
vieja habitación y apareció frente a él una forma horrible, espantosa, que
respiraba fuero y tenía ojos como carbones ardientes. Era el demonio Belcebú,
que había sido conjurado para servirle.
-
¡Dame una tarea!
Rugió Belcebú, con una voz
como el rugido de un horno para fundir hierro.
El chico se estremeció y
sintió que los cabellos se erizaban.
-
¡Dame una tarea o te estrangularé! – Repitió
el demonio.
Pero el muchacho no podía
hablar. Entonces, el espíritu maligno
comenzó a avanzar hacia él, extendió las manos y le tocó la garganta. Los dedos
del demonio le quemaron la piel. - ¡ Dame una tarea!
-
¡Riega esa flor de allá!- Gritó el joven en
su desesperación, señalando un geranio que estaba en una maceta, en el suelo.
Al instante, el espíritu
dejó la habitación, pero en otro instante volvió con un barril en la espalda y
regó su contenido sobre la flor; una y otra vez, el demonio apareció y
desapareció con el barril de agua, y le puso más y más agua a la flor hasta que
la habitación se encontró completamente inundada y el agua llegó a los
tobillos. - ¡ Suficiente!, ¡Suficiente!
– jadeó el muchacho, pero él demonio no le hizo caso; el chico no sabía las
palabras para que desapareciera… ¡ Y el demonio seguía acarreando el agua!
El agua le llegó hasta las
rodillas del chico y el demonio seguía apareciendo con más y más barriles. El
agua le llegaba ya a la cintura, y Belcebú todavía derramaba más y más. Cuando
el agua le llegó a las axilas, el muchacho se subió a la mesa. Ahora el agua llegaba hasta la ventana y
chocaba contra el cristal y se arremolinaba a sus pies, en la mesa, y seguía
subiendo; volvió a llegarle al pecho.
En vano gritaba el chico el
malvado espíritu no desaparecía y hubiera seguido echando agua hasta nuestros
días y habría ahogado al mundo entero, pero, durante su viaje, el amo recordó
que no había cerrado el libro y decidió volver.
Cuando el agua comenzaba a
burbujear al nivel de la barbilla del aprendiz, el amo entró en la habitación y
dijo las palabras que arrojaron a Belcebú de vuelta a su infernal hogar.
FIN.
Historia tomada del libro: 50 Historias espeluznantes Ed. Silver Dolphin.
Espero les haya gustado el cuento.
Si deseas leer historias para niños más grandes y no tan grandes, te dejo el enlace de viejos post con leyendas de terror, espero que las disfrutes:
¡¡¡¡NOS LEEMOS PRONTO!!!!
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